RSS

VER IMAGENES

En la comuna de Macul, al fondo de un pasaje sin salida, se encuentra esta pequeña casa de tipología “trencito” (vivienda continua; “pareada” por ambos lados) y de solo un piso. El conjunto del que forma parte, fue construido a mediados de los años 60, probablemente bajo el alero de alguna asociación de empleados o quizás de la Corporación de la Vivienda.

El encargo: remodelar y ampliar esta casa para acoger a sus nuevos propietarios, una familia compuesta por los padres, un sociólogo y una decoradora, y por sus tres hijos. Los recursos, como suele ser, eran escasos.


El tema fue, como pensar esta ampliación, que, por un lado esta tan rígidamente normada en sus dimensiones por cuestiones normativas y por otro tan cargado de esa “imagen” de barrio, con rejas bajitas, aceras de menos de un metro que obligan a caminar por la calle y sin ninguna casa que hasta entonces superara el primer piso construido.


Dónde introducir y de qué manera un aporte arquitectónico. Como hacer participar eso que Eduardo Castillo citando a Wittegenstein llama “lo sorprendente, aquello que hará de la vida de sus habitantes un milagro”




La imagen que sintetiza la solución es un faro luminoso levantado, no en la punta de la costa, expuesto y solitario, sino que empotrado en la intimidad de una chimenea.

Aprovechando la ampliación en un segundo piso y la necesidad de un recinto que albergara una especie de segundo “estar-biblioteca-estudio” (o simplemente “estudio” solo que con un menor grado de privacidad), se genera entonces una doble altura a través de la cual se vincula el “estudio” con el estar principal de la casa y con una cocina parcialmente abierta.


La doble altura es iluminada por pequeñas ventanas y pasa a ser el corazón de la casa. En ella aparece ahora destacada la simpleza de una escalera hecha en base a pino Oregón vitrificado y por ella el estar adquiere abundante iluminación natural.


Como la fachada que da hacia el patio, y hacia la cual se abre la doble altura y el Estudio, tiene orientación poniente, se propone en el exterior una terraza techada en dos niveles permitiendo generar sobre el más alto un techo de pasto y vegetación que proteja de los rayos solares pero permita el paso filtrado de la luz coloreada propia del ocaso.